Los poligoneros y yo

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La vida da muchas vueltas. Hace tan solo dos años todo iba muy bien. Tenía una empresa de marketing político y me ganaba sobradamente la vida. Pero el parón político me arruinó. Tuve que cerrar mi empresa y perdí mi casa. Cuando por fin se formó gobierno casi todos mis antiguos contactos estaban en la cárcel o imputados. Poco podía a hacer en aquel sector.
 
Así, ya que el hambre apretaba, decidí reciclarme y hacerme figurinista de series de televisión. O sea, público de relleno. Pagan 14 euros al día más bocadillo y lata de cocacola. Yo como hablo inglés fluidamente me daban un plus de idiomas y ganaba 22 euros al día. Algo así como dos euros la hora. Nunca había caído tan bajo laboralmente hablando. Pero me daba lo mismo, necesitaba el dinero para pagar la habitación compartida en la que vivía.
Mi primer día fue un poco traumático. Esperaba realmente algo más. Me encontraba en una especie de hangar con un calefactor que apenas calentaba y un frio horrible esperando entrar en el plató y rodeado por todos los lados de mis compañeros, los poligoneros.
Intenté entablar conversación pero no hablaban mucho con extraños, así que me dediqué a observarlos y escuchar sus conversaciones.
Yo estudie sociología y en mi antiguo trabajo hacía informes sobre la intención de voto de un grupo social al que llamábamos low working class. Clase baja, sí que eran. Pero trabajadora poco. Por lo que pude entender la mayoría Vivian con sus padres, no estudiaban y hacían de vez en cuando chapucillas como esta de público en programas de tv.
Los poligoneros se subdividen en dos grupos por género: Los canis y las chonis. Parecen ser muy individualistas pero en el fondo todos se parecen. Los chicos o canis tienen el mismo aspecto pelo corto con una pequeña cresta. Y de las chonis lo mismo el pelo largo liso y visten de manera provocativa. La mayoría enseñan el ombligo pero como hacia tanto frio se habían puesto abrigos.
Sus conversaciones son bastante básicas. Los canis hablan de chonis y las chonis de canis. Parece ser que es muy importante saber quién esta liado con quién y cómo se han liado. También les gustan mucho los programas de televisión, cuanto más chabacanos mejor. Se los sabían todos.
Los poligoneros son muy cerrados y gregarios. Casi siempre están en grupo, ocupan los mejores sitios y secuestran todos los enchufes libres con sus cargadores de móviles. Intente varias veces hacer amistad pero no lo conseguí. Observé también que son muy celosos. Cuando hablé con una de las chonis enseguida vino un amigo para ver que pretendía. Por lo que entendí, que los poligoneros son muy posesivos y practican una monogamia sucesiva, es decir un dia están con una y otro con otra. También descubrí que tienen su corazoncito, especialmente las chonis. Parece ser que viven las decepciones amorosas como en los programas de televisión, de manera muy pasional. Recuerdo especialmente una que se pasó llorando todo un día consolada por sus amigas. Fue un episodio muy surrealista ya que el programa era de risa y había que aplaudir cuando hacían los sketch. Y la choni conseguía sonreir cuando aplaudía para volver a llorar inmediatamente después. Por cierto no volvió la programa, creo que los males de amores de las chonis pueden durar más de un día.
Una cosa que no me gusta mucho de los poligoneros es su manera de hablar. Son muy jactanciosos y arrogantes. Creen que se las saben todas y apenas tienen 20 años. Y luego dicen cada burrada que se me cae el alma a los pies. También sus conocimientos de inglés son casi inexistentes. Al final de un programa el presentador
-thank you very much for being here
La poligonera a mi lado dijo:
¿Gracias qué? ¿Qué ha dicho este tío? A lo que respondió un cani:
Gracias a la tonta la haba de la Sole ja ja ja
Creo que los poligoneros han ido al instituto pero no prestaban mucha atención a las clases de inglés. Lo que me recordó que yo ganaba 8 euros más al dia por ser biligüe. Lo del dinero no lo entendía muy bien. Yo estaba en aquel antro para ganar algo y poder pagar mi habitación. Pero los poligoneros Vivian todos con sus padres y creo que lo que se ganaban se lo gastaban todo en botellón. Hice mis cálculos, 14 euros por los 20 que eran hacía un total de 280 euros. Eso daba para unas cuantas fiestas low cost.
Mi interés por este grupo social decayó. Fue entonces cuando empezó la pelea. Fueron dos canis que se empezaron a insultar por una tal Lara.
Que la Marga le había dicho a La Sole que La lara se había liado con el chino pero todavía estaba saliendo con Tano.
Y luego que si te doy una ostia, que no me llegas ni a la suela de los zapatos, que te vas a comer toda la mierda.
Al final no pasó nada, pero el ambiente de la pausa del bocadillo, se llenó por un momento de pasiones y adrenalina.
Los cinco días pasaron y cobré mis ciento y pico euros. No volví a ver a los poligoneros, supongo que seguirán de botellón. A los pocos días llame a la agencia de figurinistas para otro trabajo. Pero las condiciones cambiaron. Tenían solo un programa de música llamado Viva África. Tenías que hablar inglés y ser negro. A los blancos les ponían al final y les pagaban solo 8 euros el día pero como yo hablaba inglés me lo subían a 12 euros. Daban bocadillo y agua gratis a voluntad.
 
Decidí volver a reinventarme y buscar otro trabajo.